Escribir
sobre algo es fácil. O por lo menos se interpreta que escribir sobre
algo puede reducirse a un nivel de dificultad básico, como la
descripción de la cosa.
El
problema, lo que vuelve difícil todo el asunto es escribir sobre la
nada, el vacío. Algunos recuerdos difusos de difícil interconexión
se mantienen a flote varados en las costas de otras tierras, pero
nada lo suficientemente concreto como para escribir acerca de eso.
Sobre
los sueños tampoco merece la pena escribir nada. Creo que en
definitiva es aventurar demasiado algo que tiene tal nivel de
incertidumbre que lo que salga acerca de ellos seria una expresión
de deseo mas que algo real. Así que también queda descartado.
Escribir
sobre la nada demanda un esfuerzo tremendo. Es como querer contar lo
que rodea al árbol que se mantiene en el horizonte sostenido en el
aire.
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