El
paisaje del amanecer se imponía frente a ellos. Hombres grises, de
mirada profunda contemplaban el sol como si este fuera a encender
toda la vegetación. Uno de ellos dio vuelta sobre sus pasos cansado
por el esfuerzo de contemplar directamente la luz.
Dos
turistas, ajenos, contenían la desesperación de gritar al ver una
secuencia jamas vista por ellos, el amanecer. En el horizonte no se
veían edificios. No había nada y podían ver mas allá de la
primera barrera de arboles del otro lado de la ruta. La majestuosidad
contenía también un efecto negativo: la ausencia de todo lo que
usaban como punto de referencia. Describir la noción de Nada es
tarea mas ardua. La nada es, en definitiva, la ausencia de algo o de
todo.
X
permanecía mirando el amanecer. Ser arrepintió en un instante de no
haber iniciado el viaje antes. Su acompañante por el contrario,
dudaba de su capacidad para alejarse y permanecía anclado con el
pensamiento. La falta de puntos de referencia visuales y sonoros es
insoportable para muchos. Y ese era su caso.
La
pared que separaba los sueños de la realidad en el mundo de X había
cedido. Estaba libre y frente a una luz que lo llenaba de energía.
Su contraparte sentía miedo. La incertidumbre hacia lo que estaba
alrededor iba creciendo al no haber muros protectores. Era la mas
absoluta exposición.
X notó
la situación de su acompañante. Se vio reflejado en los ojos
grises, grandes charcos de un liquido apagado. Pudo recordar su
propio miedo. En su caso el amanecer activó la maquinaria interna,
puso en marcha los engranajes que estaban cubiertos de oxido y bolsas
de supermercado. La movilidad interna de su ser lo llevó a
diferenciarse de su acompañante y un vacío se abrió entre ellos,
mas simbólico que real, ya que estaban a pocos metros de distancia.
Así,
los arboles que miraban suspendidos entre la tierra y las nubes
pudieron comprobar lo que los mas antiguos decían, que no hay hombre
que sea indiferente al amanecer. Rozaron sus ramas y , en un abrazo
se fundieron acariciando las nubes, enterrando las raíces en la
tierra y se dispusieron al sueño lento en medio de la pampa.
0 comentarios:
Publicar un comentario