domingo, 11 de septiembre de 2011

Sub Urbano

La casa era su lugar preferido para ir los fines de semana. Escaparse del traje del humo y las corbatas del estrés que recubrían el maniquí del éxito pretendido.
Junto al río, pescaba, leía , pensaba y sentía. Solo o en compañía de un perro, o de algún amor, se tendía por toda la playa, y cada respiración lo agrandaba y fusionaba su piel con arena, hojas y agua.
Atrás quedaban las obligaciones y las pesadeces con que tenia la responsabilidad de cargar.
Todo lejos, bien lejos de bufones amarillos de dudosa seducción, en una casa con diez pinos, al sur de la ciudad y al norte del amor.

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