martes, 24 de julio de 2012

miércoles, 18 de julio de 2012

Viva La República

El panorama no podía ser mas complicado, Josú Ibandagueira era un nacionalista vasco francés, y en ese momento ser lo que él era se trataba de la suma de todos los males que la nueva república falangista quería combatir. Frente al pelotón de fusilamiento, como ultimo deseo, pidió una bota de vino y bebió derramándose el vino sobre el pecho, luego arrojando la bota sobre un costado, desafió a los soldados:-acordaos de este hombre que hoy están matando. El recuerdo de mi muerte vivirá con ustedes-.

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La dictadura del general Franco se afianzó luego de terminada la guerra civil en abril de 1939 (comenzada entre el 16 y 18 de julio de 1936). Los últimos focos de la resistencia dieron combate en el norte del país, siendo Cataluña, el País Vasco y Asturias, las provincias mas combativas y ultimas en caer. Después se desató en todo el país la maquina de represión y persecución de los republicanos: miles de exiliados, torturados y una cifra aun no reconocida de desaparecidos. Como Josu Ibandagueira los miles de anónimos fusilados pujan hoy por un reconocimiento histórico que está pendiente. 


Para entender el inicio del conflicto hay que contextualizar la situación española en la década del 30. España venia de la dictadura conservadora y católica de Primo de Rivera arrastrando una fuerte contradicción ideológica entre las clases dirigentes y los trabajadores urbanos y rurales. Minifundios y latifundios se dividían la posesión de la tierra en el norte y el sur respectivamente. El norte industrial y el sur agrícola, dominado por sectores que pensaban en la unidad dentro de la imposición de los intereses particulares. Así se conformaba el mapa económico español. En el plano ideológico la influencia anarquista y socialista era fuerte desde el siglo XIX y tomando parte esencial en la formación de las ideas de la Primera República Española (1873 a 1874) que cerró su corta vida con la restauración de la monarquía borbónica tras un periodo de guerra civil después de la renuncia al trono de Amadeo I.


En el ámbito de la política exterior los fascismos europeos estaban en alza. Tanto Hitler como Mussolini estaban establecidos en el poder y este dato no puede ser dejado de lado. De manera consciente o no la anexión o la resistencia española comenzó a tomar tintes de lucha absoluta, de polarización -hoy palabra de moda- que no contribuyo a calmar la tensión ideológica. En este sentido es interesante agregar un actor mas al análisis: la iglesia católica.
¿La guerra de España es una guerra civil? No; una lucha de los sin Dios [...] contra la verdadera España, contra la religión católica."
Conservadora y tradicionalista, con grandes beneficios económicos, culturales y sociales, la iglesia española ejercía un poder casi medieval. De carácter profundamente reaccionario arengaba por un nacionalismo de ultra derecha que mantuviera la unidad territorial y religiosa de un Estado con múltiples variantes culturales, diferentes orígenes y requerimientos futuros muy disimiles. Está claro que esta posición tampoco ayudaba al concilio. 

Desde el comienzo formal de la Segunda República, en 1931, la dirección del país cambio de derecha a izquierda. Al estallar la Guerra Civil en 1936, el gobierno estaba en manos del Frente Popular, una coalición de posiciones marxistas, anarquistas, socialistas, nacionalistas liberales, demócratas y un gran abanico de movimientos sindicales. A la larga, con la guerra en marcha, estas diferencias sobre todo las que había entre comunistas y socialistas es vista como un condicionante de la derrota por muchos historiadores, dando por ejemplo a este hecho la responsabilidad de la caída de Barcelona en manos falangistas. A pesar de estas posibles causas, la superioridad en cuanto a logística, poder de fuego y organización militar estaba del lado de los fascistas. Si bien el corazón muchas veces es substituto de las condiciones técnicas, en el caso de la Guerra Civil solo hubiera podido alargar la contienda que tenia un claro ganador en el campo de lo real. Esto no quita la heroica resistencia de aquellos que peleaban por la liberación y la búsqueda de un futuro que les era negado.

En el plano simbólico, la Guerra Civil fue creadora de gran parte de los simbolos anti totalitarios. Guernica es uno de ellos, pero también "No Pasarán", Buenaventura Durruti (un martir del movimiento anarquista que se extendió a todas las capas como símbolo de la resistencia).










La lucha fue la ultima que enfrentó ideologias tan contrapuestas sin un matiz de gris de por medio. Miles de combatientes de todos los rincones del mundo se alistaron en las brigadas internacionales. Se estima que alrededor de 60 mil brigadistas extranjeros combatieron - con 15 mil bajas- en las filas de la resistencia. Entre ellos asoman los escritores Ernst Hemingway y George Orwell, quienes en Homenaje a Cataluña y Por Quien Doblan las Campanas dejaron por escrito el sufrimiento pero también el amor, la lucha y la esperanza que afloraban en la guerra. El muralista mexicano David Siqueiros también fue combatiente de las brigadas internacionales.

El conflicto además significó uno de los últimos soplos de vida del ideal revolucionario y la posibilidad de cambiar el mundo, por lo menos en cuanto a movilización de un ideario colectivo a nivel mundial. La importancia histórica, política y social de la Guerra Civil Española no solo se entiende en relación al pasado y sus consecuencias en la actualidad. También es un punto de comparación con la situación por la España atraviesa en un nuevo aniversario del golpe de Franco.

El presente de España representa la muerte de las conquistas, de la esperanza que el gobierno de la Segunda República alimentó. Hoy se desmantela el Estado de bienestar que desde la vuelta a la democracia de Felipe González e independientemente de si gobernara la izquierda o la derecha , se había mantenido. Hoy se saca dinero de salud publica, educación, asistencia social para dársela a los bancos. Hoy se despiden empleados públicos y la represión vuelve a ser el centro de la escena político junto con los recortes. Estadísticas señalan que todo el sur español tiene indicadores de miseria mas altos que el resto de los países de la CE. A resguardo, por el momento, el País Vasco resiste, tal como lo hizo desde 1936. Sin embargo, hay cosas que no cambian. Mientras en Francia, Hollande quita subsidios a la iglesia debido a la crisis; España mantiene los beneficios y su monarquía.

El pasado encierra un guiño, un mensaje de esperanza que la muerte de revolución que fue la Segunda República no se resigna a transmitir. Pensar el presente con las esperanzas del pasado. Si, como decía José Martí, cada pueblo lleva consigo su revolución, la española está en los genes de un pueblo que supo combatir -y morir- por ella.

Y si bien la memoria aun debe ejercitarse y reconciliarse con aquellos que, como Garzón, buscan esclarecer los crimines del franquismo, el saldo es positivo. Cuando un hecho queda tan marcado en la memoria, es un hecho que cambia las vidas de quienes lo recuerdan. Ese es el mensaje mas importante que se rescata. ¡Viva la República! hoy asociada con los millones de indignados que buscan un futuro mejor -dentro y fuera de España- con la certeza de que hay que recordar para no olvidar, y soñar.


A José Antón González. Combatiente Asturiano exiliado en 1950, mi abuelo.

domingo, 15 de julio de 2012

Ágora

Una vez que subí al tren me acomodé en un asiento del lado derecho, al lado de la ventana y en el mismo sentido en el que iba. Me senté de lleno inclinando mi cuerpo sobre todo el asiento y suspiré. El aire estaba cálido y tuve que sacarme la bufanda y el abrigo que deposité sobre mis piernas. Cinco minutos después de llegado a Innsbruck, el tren partió con unos pocos pasajeros.


Ya en movimiento, ese plácido ronrroneo ferroviario hizo que pensara en ella. Nuestra relación se basaba en la atracción que despertaban en mí sus continuos desplantes. Si pudiera pensarlo en términos que tuvieran que ver con mi quehacer, diría que se desplazaba en órbita elíptica a mi alrededor. Y en esa órbita estuve preso cinco años. No puedo explicar la impotencia de querer separar un objeto cuya fuerza constituye la unión de las partes de él y de quien quiere separarlo.

Pasa el tiempo mientras fumo y nos desplazamos, el tren y yo, por un breve paisaje verde. Es el patio de enfrente de los picos nevados que asoman mas lejos. En esas montañas está la magia, nosotros la circundamos y si es necesario, hacemos túneles a través de ellas. Penetramos en ellas con violencia desgatándolas en cada embestida; pero aun nos regocijamos al verlas y todavía se muestran majestuosas.


La nostalgia se expande como el escalofrío en un cuerpo afiebrado, escribo en mi cuaderno. Y sigo:


Siempre las grandes dudas fueron las detonantes de los grandes avances. Si no hubiera sido por la curiosidad del hombre por buscar respuestas que fueran mas allá de una palabra, Dios, dudo que la humanidad hubiera despegado. Aunque también pienso que esta afirmación es relativa: ¿despegamos? ¿ de que?. Es la expresión de mis dudas existenciales. Mi no creencia en las verdades absolutas es a la vez el síntoma (o la consecuencia) de mi desconformismo. Me han hablado en Suiza de un cubano de apellido Martí. Según mi interlocutor para el americano todo pueblo lleva consigo su revolución, bien a través de la lucha armada, bien a través de la investigación o la interpretacion histórica. Me gustaría poder creer en eso. Pero al ver el tipo de revolución que construimos en esta Europa gastada y abusada no puedo evitar tener que corregirlo. Naba bueno puede salir ya de nosotros.


Luego, pienso en lo escrito. Está cargado de mi época. Intento despejarme algunos momentos pero ante mi aparecen imágenes de muerte. Ojalá pudiera creer que vamos hacía algo, pero, de alguna forma puedo sentir el pulgar del destino que hace presión sobre mi cabeza. Vuelvo a pensar en ella. Intento, en vano, no pensar ni en la muerte ni en ella. Intento decirme a mi mismo, convencerme de algo, darme algo que creer. Pero las palabras resuenan en mi cabeza (todo pueblo lleva consigo su revolución) y las imágenes se hacen sucesivas. Si, todo pueblo lleva consigo su revolución. (¿que es revolución?)


Toco mi bolsillo y encuentro el papel que origina parte de mis desdichas: Vasiliev. Viajar a Munich. Entonces siento la presión del dedo sobre mi aumentar.





jueves, 5 de julio de 2012

Innsbruck


Escribir desde un lugar que no lo permite, que no lo piensa y que lo limita a la expresión de poner signos lingüísticos en una hoja. Eso es la distancia. Distancia que se siente y que atenta contra la cercanía de lo que alguna vez estuvo al lado, distancia que destruye. Es que la lejanía termina con lo que la lejanía misma creó. Ese es el guiño cómplice del destino que, como en las tragedias griegas, espera al desenlace para manifestarse y dejar en claro que la realidad, en ultima instancia, prevalece sobre el sueño.

Mientras los niños duermen hay un adulto que mira las estrellas y piensa en querer ser niño para llegar a ellas, bajarlas y regalarlas como una despedida cuando las luces se apagan. Pero el adulto sabe que la luz de las estrellas es una luz de un cuerpo que ya no existe. Solo vemos lo que queda una una luz que viaja por el espacio sin importarle que su fuente ya esté muerta. Perseverancia en lo que irremediablemente ha dejado de ser.

Y a todo esto los árboles crecen, sale el sol y algunas veces se abraza al dormir. La vida pasa omitiendo que es el reflejo de algo que sucedió y el desconocimiento de lo próximo. Saber esto y caminar sin apuro es el verdadero triunfo de vivir. Esperanza es esperar, a pesar de la distancia; o es desesperanza. Aun no he tomado posición. Lo voy a hacer cuando venga el tren que espero esta mañana. Cuando el humo de la locomotora asome en el horizonte, detrás de los almacenes ferroviarios de Innsbruck, ya tendré una decisión tomada. Mientras, solo puedo aventurar sin certezas pero sin refutaciones. Es lo más parecido a la vida en naturaleza que el hombre moderno puede experimentar al no poder ver ni las montañas ni los mares.

martes, 3 de julio de 2012

El Oficinista


"Hombres y mujeres completamente normales marchan a diario hacia sus puestos de trabajo en una ciudad arrasada por atentados guerrilleros, amenazada por hordas de hambrientos, niños asesinos y perros clonados, vigilada por helicópteros artillados y bautizada con lluvia ácida. Entre ellos, un oficinista dispuesto a la humillación con tal de conservar su empleo hasta que se enamora y se permite soñar con ser otro. ¿De qué abyecciones es capaz un hombre por aferrarse a un sueño? El oficinista cuenta una historia que pasó ayer, pero que aún no ha sucedido, y, sin embargo, transcurre ahora. No es que el futuro esté cerca, es que tal vez ya pasó. Y nosotros no nos hemos dado cuenta, ocupadísimos como estábamos en cuidar un trabajo, un sueldo, una apariencia. Esta novela encierra una antiutopía, un mundo a lo Ballard, pero también dostoievskiano"

"Viaja comprimido entre hombres y mujeres atontados por el sueño. Apretado entre ellos no precisa colgarse de un pasamanos para conservar el equilibrio mientras el vagón avanza chirriando a toda velocidad en la negrura del túnel arrancándole chispas a las vías. Entre empujones, balanceos, es un cuerpo entre los cuerpos. Vacas hacia el matadero. Futuras reses. Quizá los guerrilleros tengan razón al atentar contra los subtes: es el método más eficaz para terminar con los que no enfrentan su destino".