Con el paso del dia empezó a confirmar
lo peor de sus sospechas. Algo había cambiado unos meses atrás y recién ahora notaba la marca de ese acontecimiento. Un malestar que
lo agobiaba hizo que se retirara antes de la redacción. Después de
una breve comunicación a sus compañeros salió del diario y cruzó la
calle rumbo a donde estaban las paradas de colectivo. Mientras
cruzaba por la senda peatonal alzó la vista al cielo, donde las nubes
pasaban rápidamente ante la estática presencia de las torres del
centro de la ciudad. Busco el sol con la vista, pero las nubes y los
edificios conspiraban para que no lo encontrara. A paso displicente y
despreocupado cruzó la calle sin importarle la ciudad a su
alrededor, no le interesa ya lo que pasaba en el espacio circundante.
Cuando subió al colectivo que lo
llevada de regreso a su casa, buscó rápidamente un lugar donde poder
sentarse. Ubicado en la ultima fila de asientos, del lado de la
ventana, sacó un libro de Dostoievski. Desde hacia ya unos días siempre que viajaba leía de manera mecánica Noches Blancas del
autor ruso. Mientras sus ojos recorrían las avejentadas paginas del
libro, su mente divagaba por otros rincones. Recuerdos no lejanos
bombardeaban desde adentro su cabeza intentando llamarle la atención.
Expresaban cosas que quería ignorar, por lo menos hasta llegar a la
privacidad de su hogar.
Tiempo atrás, mas o menos unos seis
meses, su presente era distinto. Incluso el futuro imaginado en
consecuencia era mucho mas brillante. Ahora ya no pensaba en el
futuro de la misma manera. El devenir era cuestión desconocida y no
le importaba. Sabia que había alguno, pero no le interesaba buscarlo.
Todo llegaría en algún momento y si no llegaba, el no se preocupaba.
***
“La idea de que el hombre como
individuo tiene el control de lo rodea es una invención de la
modernidad. Emergida triunfante después de las revoluciones de los
siglos XVIII y XIX, la era moderna cambio la concepción de lo que
anteriormente se conocía como destino. Previo a esto, la religión había acuñado el concepto de predestinación y deber en la vida
mortal. Como consecuencia de dicha predestinación el hombre era un
actor que cumplía con un libreto que le era escrito al momento de su nacimiento. La modernidad derrumbo esa concepción e impuso al hombre
por encima de la naturaleza. Capaz de modificarla, de obtener los máximos beneficios , de predecirla, la humanidad fue creando un mundo
en el cual todo era factible de ser controlado. Incluso el hombre a
si mismo y a los demás”...
Puse un fragmento entero de la
entrevista con Vladimir Stoivkov a modo de presentación y después resumí algunas ideas centrales antes de mandar la nota a los
editores. No me gustaba nada escribir para el suplemento de cultura
del diario, pero no me quedaba mas remedio. Después de que Cecilia se
fue tuve que hacer horas extras y poner la mejor cara ante los
pedidos.Ahora no podía darme el lujo de cambiar de trabajo, de salir
a buscar suerte. No me sentía con la fuerza para hacerlo. Sin mas
remedio acepté pasar a la sección cultural. Como dije, no me gustaba
escribir para ese suplemento. No es que tuviera algo particular con
la temática, mas bien era un rechazo a escribir para que los snobs
tuvieran de que charlar mientras tomaban un café. No era la idea que
yo tenia al empezar a hacer periodismo. Sin embargo, acepté simulando
entusiasmo.
Después de tres meses escribiendo las crónicas de las exposiciones que se presentaban en Buenos Aires, el
jefe de sección me mando a entrevistar al sociólogo húngaro Stoivkov.
De paso por la ciudad para la presentación de un libro, su agente se
puso en contacto con el diario para arreglar la entrevista. Me dieron
la dirección del café donde seria el encuentro y el horario anotado
en un papel amarillo.
Cecilia nunca me amó, me di cuenta
poco tiempo después de que me dejara.
Antecedentes:
-http://elmurodeideas.blogspot.com.ar/2010/03/amar-en-dias-tormentosos.html
-http://elmurodeideas.blogspot.com.ar/2010/04/amar-en-dias-tormentosos-ii.html
* Bartleby, El Escribiente. Herman Melville
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