viernes, 21 de octubre de 2011

Levrero

"A veces pienso que tendría que acostumbrar a mis visitas a reuniones con otra gente. Aunque creo que yo mismo no me acostumbraría. Si somos tres, y no dos, se pierde toda la profundidad. Es lógico. Y allí donde no hay profundidad me siento incomodo. Salvo con Chl, quien la mayoría de las veces produce una charla trivial. Lo hace deliberadamente, porque opina que no debo ser tan profundo todo el tiempo, que no hace bien. Tiene razón. Entonces me habla de trivialidades y yo la escucho atentamente, fascinado, porque ella me gusta mucho, haga lo que haga y diga lo que diga. Y también me pongo a hablar de cosas triviales, es un descanso. Claro que después debo meterme con algún programa complicado en la computadora, porque mi mente tambalea si no está metida en algo complicado. La mente es como una dentadura que necesita masticar todo el tiempo."


La Novela Luminosa, Mario Levrero

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