domingo, 18 de abril de 2010

Amar en dias tormentosos II - Continuacion

Después de ese fin de semana no nos separamos. Si, el sexo muchas veces acerca a las personas más de lo que ellas pueden imaginarse.
El día que salimos para F. Parera yo estaba muy pendiente de la nota que iba publicar un amigo, de los pocos que había hecho en el diario. Había viajado a Chaco por encargo de uno de los jefes de redacción para escribir algo de cómo era la vida de los Tobas que aun habitaban El Impenetrable. Fabián hizo una nota muy buena. Tengo que reconocer que hasta me dio cierta envidia saber que el resultado final del viaje que originalmente era una nota de color, de relleno para la edición del lunes o para la revista que sale los domingos , había terminado siendo una de las noticias principales de la edición que salía a la calle.
Desayunamos temprano con Ceci, que se había quedado en casa la noche anterior. Mientras ella dormía me prepare unos mates y baje a comprar el diario. Para cuando volví ya se había levantado y me esperaba en la mesa con unas tostadas. Como siempre, estaba linda. – Siempre te digo que las mañanas son tu mejor momento, estás hermosa-, le dije agitando el diario como pregonando lo que le decía. Era la verdad. Desperté al lado de muchas mujeres, pero nunca ninguna se veía mas linda que el día anterior. Ceci tenía eso, cada día que empezaba la renovaba. Era como si los amaneceres la iluminaran de una manera que al resto no. Nos abrazamos un rato.

El viaje en ruta iba bien. Estaba nublado y había pocos autos. Ceci puso un disco de blues, creo que era algo de BB King, un compilado o algo así. Viéndola al lado mío mientras el blues me movía el interior era el cuadro perfecto. En el asiento de atrás Fausto movía la cola cada vez que Ceci decía algo. A mi perro le gustaba mi novia, todo era perfecto.

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