domingo, 28 de abril de 2013

Sentidos

El la tomó de la mano y la miró a los ojos. Ambos sintieron que una corriente de aire, un haz de luz, la suave rotación de la tierra, estaban pendientes de lo próximo a decirse. Con un gesto que contenía más tristeza que ninguna palabra dicha, ella puso un dedo sobre sus labios, impidiendo que flotaran las palabras.
- lo que nos hace humanos es pensar que siempre hay una salida, una puerta, un lugar que nos espera. En el momento en que dejes de pensar eso, sí, habrás llegado al punto cúlmine de tu humanidad, y luego serás como ellos. Es tu decisión-. Luego le soltó la mano y tierra siguio girando, mientras el viento movía las hojas y la luz iluminaba un mundo que parecía renovado y dispuesto a brillar;
aunque era el mismo mundo de siempre.

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