domingo, 28 de abril de 2013

Sentidos

El la tomó de la mano y la miró a los ojos. Ambos sintieron que una corriente de aire, un haz de luz, la suave rotación de la tierra, estaban pendientes de lo próximo a decirse. Con un gesto que contenía más tristeza que ninguna palabra dicha, ella puso un dedo sobre sus labios, impidiendo que flotaran las palabras.
- lo que nos hace humanos es pensar que siempre hay una salida, una puerta, un lugar que nos espera. En el momento en que dejes de pensar eso, sí, habrás llegado al punto cúlmine de tu humanidad, y luego serás como ellos. Es tu decisión-. Luego le soltó la mano y tierra siguio girando, mientras el viento movía las hojas y la luz iluminaba un mundo que parecía renovado y dispuesto a brillar;
aunque era el mismo mundo de siempre.

Sonreir

Que la poesía posicione al ser
en la direccion en la que camina
el alma.
 

Que lo sincronice con el viento,
con el sol y con todo lo vivo.
 

Que haga eso, que hacemos todo
el tiempo que a veces olvidamos,
 

sonreir.

viernes, 19 de abril de 2013

Idealismo o barbarie

Para aquellos que pensamos que este mundo con todas sus cosas está mal, y emprendemos la difícil tarea de construir uno nuevo, hay veces, muchas, que el destino nos depara un golpe fuerte. No todo el mundo comparte esa visión de lo tranformable, imaginable. No todos tienen ideales y piensan en el bien presente y futuro.

Pensar un mundo nuevo, requiere primero darse cuenta que el actual está mal. Supone pensar en valores o ideas, sentimientos también que son ajenos y distantes a la mayoría. También es enfrentarse a pensar que nadie siente muchas veces. Pero es por sobre todo una tarea a hacer en soledad, simbólica, pequeña; aunque tiene el germen de lo colectivo que crece en cada respiración.

lunes, 1 de abril de 2013

Ensayo sobre tu cuerpo

Estoy sentado en un parque y el frío viento otoñal mueve las hojas sin sentido. La naturaleza es eso, la belleza de lo incomprensible. Y pienso en ella, que es lo mismo, la misma belleza que emana, lo desahuciada que deja la comprensión. Dejo de pensar, y escribo lo que puedo. Es difícil concentrarse cuando el cuerpo quiere estar en otro lado. Y sueño mientras las hojas caen a mi alrededor.

Sueño un acercamiento violento pero tierno que invade la privacidad de tu cuerpo. Acercamiento desigual a las letras de tu pequeño cuerpo que tan bien lleva todo tu ser; acercamiento tan marcado por la contradicción de lo que no podemos entender sin repasarlo juntos en silencio, mientras la luz da en tu cara; mientras te toco y hago figuras en tu cara y en tu pelo.

La distancia antes inexplorada entre nuestros dedos acaba por acercarnos un nuevo mundo, donde los pensamientos flotan a cada paso que damos por las calles cubiertas de otoño. Entonces te miro, y tu cuerpo ya no es físico. Es de colores vivos que se fusionan, se mezclan para crear nuevas variedades. Pero también tu cuerpo es olor a fragancias no comerciales, inexploradas conexiones que huelen a vida salvaje, incontrolada, fresca; imagino ese olor en la visión de la naturaleza, del recorrido de las nubes a través del cielo, del ruido del agua al moverse por su lecho.

Y aunque yo suelo volar dentro y fuera de mi imaginación, el tacto de tus labios me tiene atrapado en la dulce contemplación; una lectura que me concentra en tus ojos. Vuelve a mí la certeza de que los eventos significativos de la vida son los que involucran dos cuerpos, dos bocas, y los dedos tocándose, buscando al otro con vida propia, incontrolables ya para nuestra razón. Momentos en que la maquina de pensar se apaga, y se enciende la maquina de crear desde lo nuevo, eso no pensado antes; creaciones a base de sentidos, sentir y sensaciones.

Lo que escribo un ensayo sobre tu cuerpo vasto y cautivante; diminuto y suave al tacto. Pero escribo desde un ensueño despierto a la distancia de varios kilómetros, some kind of hapinnes is measure out un miles. Plasmo la letras en una fría pantalla recordando las sensaciones al vernos. Y un dejo de tristeza, un fragmento de realidad gotea sobre mi desde el techo, recordando lo que realmente me gustaría estar haciendo; escribir con mi ser sobre tu cuerpo.

Guardo la computadora y emito un ruido similar a un suspiro. Las hojas caen y el viento sigue soplando, aun sigo sentado y el mundo gira, pasa, mientras los transeúntes andan cargados de rutina.