Algunos cuerpos son ideogramas.
Despojados de palabras que los signifiquen hablan a través de ellos
mismos. Son cuerpos cargados de un lenguaje propio, como el amanecer. Esos cuerpos existen mas allá de las
propias ideas y al mismo tiempo son ideas puras para tocar , para ver
y para maravillarse detrás de la cortina del habla. Aparecen muy
rara vez, se los puede ver detrás de las voces de los cuerpos que
para transmitir necesitan algún tipo de lengua, esos que gritan lo
que son. Pero estos son lengua en sí; perfección que recibe el
nombre de cuerpo.
No importan los rasgos esenciales, ni
los superfluos. No se trata de algo tan simple. Es algo que no se
comprende pero se siente al momento de ver uno. Es que los ideogramas
trascienden toda explicación. Y son persistentes, se repiten para
quedar fijados en el cuerpo y en la mente. Y son redundantes,
repiten los signos agazapados en algún lugar de la memoria.
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